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Aplique presión directa sobre una herida sangrante.

El sangrado severo es una emergencia médica potencialmente mortal. La rápida pérdida de sólo dos pintas de sangre puede provocar un shock y la pérdida del conocimiento. Una víctima puede morir desangrada en poco tiempo.

  • Para detener el sangrado:
    • Aplique presión directa sobre la herida.
    • Cubra con una gasa esterilizada o el paño más limpio disponible. Las preocupaciones sobre la infección son secundarias cuando se trata de prevenir una pérdida masiva de sangre.
    • Presione la gasa firmemente sobre la herida con la palma de la mano. No levante la gasa para revisar la herida; solo renovará el sangrado.
    • Cuando una gasa se empape, coloque una nueva directamente sobre la gasa empapada.
    • Si la herida está en una extremidad y no hay fractura, levante la extremidad por encima del nivel del corazón. La fuerza de gravedad reducirá la presión arterial en la extremidad.
  • La presión directa y la elevación suelen ser suficientes para detener el sangrado. Si el sangrado abundante continúa, intente cortar la circulación en la arteria que suministra sangre a la extremidad lesionada.
  • Unidad 8 de 10
  • Tema 5 de 6
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